Al emigrar podemos encontrar sentimientos negativos que hay que tener en cuenta.
El momento en el que tienes que resetear tu vida es un momento que no es fácil. Cuando tenemos que empezar desde cero y además en otro lugar hay muchos cambios por llegar. La idea es que se gana y se pierde, ahora bien, ¿sabemos de qué forma nos va a afectar y qué exactamente es lo que vamos a perder antes de tomar la decisión?.
Cuando personas, parejas o familias migran de su país a otro, puede haber muchas motivaciones diferentes del por qué emigrar. Hay migración positiva, la que se elige por un cambio hacia mejor en condiciones de vida, laborales, salud, partiendo de una situación adecuada en el país natal. Hay otro tipo de migración como los refugiados que van a por un cambio hacia mejor; de mayor estabilidad política, social, económica y tener mayor libertad que en su país natal. Esta migración aparentemente podría ser positiva, porque quieren y piensan que van hacia algo mejor, pero el punto de partida es negativo. Muchísimas personas que son refugiadas, huyen de su país porque temen por su integridad física y/o sus libertades y derechos humanos universales.
También hay migraciones que no vienen motivadas por una una situación estrictamente grave, si no que en su país no hay oportunidades de trabajo o determinado sector está en crisis y van a otros lugares dónde pueden seguir desarrollando su carrera profesional.
Todas las casuísticas en las que penséis, las personas pasan por situaciones parecidas en mayor o menor intensidad.
Celia Falicov (2002) emplea el término »pérdidas ambiguas» para hablar de las pérdidas que conlleva la migración. Este término alude a pérdidas que no son totalmente claras, completas o irrevocables. El desarraigo, el dejar tu país, tus costumbres, tu familia y amigos, la comida; el dejar de relacionarte con personas que hablen tu idioma, la vegetación, los olores, etc son pérdidas que todo migrante tiene que hacer frente cuando está en el país nuevo.
Todo lo que está como seguro y natural, de un día para otro, deja de estar y eso produce en las personas sensaciones encontradas, difusas y sentimientos negativos que pueden aparecer en el momento o con el paso del tiempo (meses o años).
¿Cuáles son las sensaciones que la persona migrante tiene?
El proceso migratorio conlleva una serie de pérdidas a las cuales los psicólogos denominamos duelos. El duelo no es sólo cuando una persona querida muere, se activa también cuando se deja de tener una situación que daba estabilidad emocional, un proyecto que estaba iniciado, una mudanza, un nacimiento, pérdida de una amistad y todas aquellas situaciones en las que se pierde un bien preciado para la persona y que de forma permanente o temporal no tiene.
Cada persona lleva los duelos de forma diferente y dependiendo de la fase en la que esté sentirá de una manera u otra. Aún así existen una serie de expresiones emocionales:
- Tristeza, por lo que dejamos atrás
- Ansiedad por no obtener lo que queremos en el tiempo que habíamos planeado
- Soledad si tenemos una red social escasa
- Irritabilidad
- Culpa
- Choque cultural
Y estas expresiones emocionales pueden tener manifestaciones en comportamientos como:
- Apatía
- Trastornos en la conducta del sueño como insomnio
- Agotamiento
- Falta de apetito o comer de más
- Dolor muscular debido al estrés mantenido en el tiempo
- Orzuelos, herpes, resfriados reincidentes por tener defensas bajas
Si a esto se añade que hay dificultad en encontrar trabajo, vivienda, dificultad para comunicarse por tener la barrera del idioma, se hace mucho más difícil el proceso de adaptación al país ya que se pueden ver acentuados además, los pensamientos negativos tales como »no lo voy a lograr», »soy un fracaso», ‘¿por qué me darían trabajo a mí?, »no tengo ninguna oportunidad», complicando así la situación de la persona en el país nuevo.
Es muy importante que la persona que está en un país diferente al suyo tenga en cuenta estas observaciones ya que es normal que se mire de frente y uno esté en formato supervivencia, sin ser consciente de que todo esto está operando por debajo haciendo la situación compleja y añadiendo culpabilidad a uno mismo creyendo que es un tema suyo personal, de propia incapacidad, en vez de enfocarlo como que el proceso de migrar es difícil y que hay muchos apartados que se están viendo afectados y se necesita tiempo para ir pudiendo afrontarlos.
Blanca Ruiz Múzquiz